Sanación del Alma, cortando Lazos Kármicos que atan




Si nunca cortas con los lazos kármicos hacia los demás y hacia los patrones kármicos que sólo te traen sufrimiento, siempre vivirás con tu energía de vida y eterna completamente sesgada... Hasta que no cortes todos estos lazos, que puedes tener cientos, o miles... no volverás a tener 100% TU ENERGÍA.

¿Cuanto tiempo esperas para recuperar aquello que te pertenece naturalmente?

Realiza la figura del ocho o infinito, y coloca en medio del ocho, entre tú y el patrón kármico o persona con la que realizas el corte, la llama violeta como fuego ardiendo para la transmutación en el más puro amor divino para todas las partes integrantes.

Utiliza las imágenes que aquí pongo si te sirven de ayuda.

Núria Fortuny


“Dos personas que mantienen una estrecha relación invariablemente proyectan parte de sí mismas en la otra persona, de modo que ninguna de ellas es un individuo claramente delineado y separado. Si llegaran a cortar los lazos que las unen sin que se haya logrado un retiro de cada una dentro de su propio espacio, el resultado sería confuso, pues cada una seguiría cargando con las proyecciones de la otra, como una superposición que cubriría el yo real. Para remediar esta situación se nos entregó la Figura del Ocho.”

Phyllis Cristal: “Cortando lazos que atan”

1- El Ejercicio de la Figura del Ocho

Se usa para llevar a la persona a una relación íntima con su propio espacio y territorio antes de cortar los lazos energéticos que lo mantienen unido a sus padres (y a las personas que lo criaron, en caso de que no hayan sido sus progenitores). Esto no sólo libera de una dependencia malsana, sino también de la programación, a menudo negativa, hecha por los padres, la que puede haber seguido activa en un profundo nivel inconsciente. Esta técnica se utiliza para cortar con patrones kármicos como patrones de conducta. No sólo se utiliza para purificar los lazos que nos atan a personas, como nuestros padres, parejas, o semejantes. Sino que se puede cortar con el patrón kármico de la manipulación por parte de tu matriarcado, el abandono, el dolor, el que te ignoren, el que te traten con indiferencia, el sufrimiento, la sensibilidad, el dinero, etc....
Instrucciones:
Vamos a trabajar con el primer corte de lazos que se debe realizar. El de los progenitores, a menos que exista otra circunstancia más apremiante, como una expareja que no te deja vivir y no para de mandarte lazos kármicos invisibles que se manifiestan a través de la realidad en forma de llamadas, tocadas de narices... volcadas de mierda hacia tí... Si aguantas todo eso, es tu libre albedrío. Pero no tienes porqué...

1. Antes de cortar los lazos existentes entre tú y tus padres, deberás practicar este ejercicio diariamente, al menos durante 14-15 días para cada progenitor:
OCHO
Ponte cómod@, relájate y cierra los ojos. Imagina que estás trazando a tu alrededor un círculo, en el piso, con un radio correspondiente al largo de tu brazo con los dedos extendidos. Visualiza este círculo como un tubo de luz dorada como la luz del sol. Cuando te veas a ti mism@ en el centro del círculo de luz dorada, comienza a visualizar un círculo similar frente al tuyo, que lo toque apenas pero que no se superponga con él. Asegúrate de que cada uno de ustedes quede situado en el centro del círculo. Cuando puedas visualizar claramente ambos círculos claramente y a ustedes dos ubicados en el centro de su propio espacio, visualiza una luz azul pálida de neón fluyendo alrededor del tubo dorado, comenzando por el punto donde ambos círculos se unen y moviéndose en el sentido de las agujas del reloj, primero alrededor del círculo en el que está tu progenitor justo frente a ti, y volviendo a donde los círculos se tocan. Ahora observa la luz azul que continúa por el lado izquierdo de tu propio círculo, hasta aparecer por tu derecha y volver al punto inicial, describiendo la figura de un ocho. Sigue observando este flujo de luz azulada con tu visión mental, por todo el tiempo que puedas mantener esta imagen sin esforzarte. La duración varía de una persona a otra, pero rara vez se puede mantener más de dos minutos.

Esta azulada luz de neón atraerá magnéticamente todo tu ser hacia tu propio círculo y el ser de tu padre o madre, al de ellos, de modo que cada cual ocupará plenamente su propio territorio separado. Este ejercicio debe ser repetido con regularidad cada día, hasta que fluya fácilmente, asegurando así que el mensaje de que deseas convertirte en un individuo independiente penetre en tu mente subconsciente y en la de tu progenitor. La mente subconsciente entiende con mayor facilidad imágenes y símbolos que palabras, pero tendrán que repetirse de manera regular, como para que el mensaje que se busca sea recibido y llevado a la acción. Los mejores momentos para emitir estos mensajes son aquellos en los que uno acaba de despertarse o cuando está próximo a dormirse, ya que se está más cerca de la mente subconsciente. Una vez que hayas establecido la imagen bastará con un corto periodo de práctica durante unos dos minutos en la mañana y en la noche. Durante el resto del día puedes ayudar un poco a mantener en movimiento la Figura del Ocho visualizándola de vez en cuando.

Fórmulas alternativas (en caso de que no te resulte fácil visualizar o prefieras algo más tangible)

A) Dibujar dos círculos en una hoja de papel, poniendo tu nombre o iniciales en el círculo de abajo y el nombre o iniciales de tu progenitor en el círculo de arriba. Con un lápiz azul traza la figura del ocho durante dos minutos por la mañana y por la noche.
B) Recortar dos círculos grandes de papel o tela y ponerlos uno frente a otro. En uno te sientas tú y en el otro pones una fotografía de tu progenitor y traza con el dedo la figura del ocho imaginando el brillo de la luz azul.

2. Haz una lista de atributos positivos y negativos de tus progenitores para ayudarte a ver con más claridad la forma en que fuiste programado desde la niñez y de qué manera reaccionabas ante ellos: imitándolos o rebelándote.

Toma una hoja de papel para cada progenitor, divídela en dos columnas. A la izquierda anota todas las características o hábitos ante los cuales reaccionabas negativamente y a la derecha todos los rasgos que te hacían reaccionar positivamente o con admiración. Estas listas toman tiempo y exigen paciencia, de modo que es importante no apurarse ni tampoco tratar de darles fin de una sola vez. Los puntos más obvios habitualmente vienen a la mente de inmediato, pero son los pequeños y sutiles los que a menudo fijan las impresiones indelebles en los niños; es frecuente que se olviden o que hayan sido suprimidos, por lo cual surgen más lentamente del subconsciente, una vez que los aspectos más llamativos han aflorado.

Inmediatamente después de llevar a cabo esta técnica del ocho o infinito, es necesario realizar la técnica del Corte de Lazos.

2- Ejercicio de Corte de lazos que atan




Una vez hecho el ejercicio de la figura del ocho, para que la intención no se quede sólo en la consciencia, sino que llegue a todas las capas del inconsciente, se realiza la segunda parte.

Personalmente la integro ya desde los primeros días de realizar la figura del ocho o infinito, para luego al realizar el corte, haber aligerado cargas.

Ponte cómod@, relájate y cierra los ojos. Cubre tus ojos con una bufanda o chal liviano para que puedas percibir con más claridad cualquier tipo de imágenes que puedan aparecer en tu mente. Ahora imagina un lugar en el que te sientas cómod@ (una arboleda sombreada, la cima de una montaña, a los pies de un árbol, en una hamaca, el interior de una caverna, tu propia habitación, etc.) Elige si quieres que sea de día o de noche y visualiza el sol o la luna en el cielo o en el techo, según el caso. Visualiza un rayo de luz solar o lunar que cae sobre ti y dirígelo hacia los dedos de los pies. Deja que caiga sobre ellos y suéltalos tanto como te sea posible, ordenándoles que se abran para recibir la luz que te relaja, te sana, te purifica y te da energía. Siente la luz como una corriente tibia y sendante que poco a poco va llenando toda la planta de los pies y va subiendo por tus piernas, por todo tu tronco, por los brazos, por el cuello y por la cabeza. Comienza a sentir que la luz penetra en cada hueso, cada músculo, cada nervio y cada célula, relajando, sanando, purificando y reenergizando allí donde haga falta.

Ahora respira profunda y lentamente tres veces, inhalando más luz y desechando cualquier tensión que pudiera quedar. Si por cualquier razón sintieras que se van acumulando tensiones en cualquier parte de tu cuerpo durante lo que vas a visualizar a continuación, ten en cuenta que pueden indicar una condición psicosomática relacionada con lo que estés experimentando en el momento. Es frecuente que con solo ver la conexión entre lo que ocurre con tu cuerpo y lo que estés experimentando internamente en tu imaginación, se logre hacer desaparecer el síntoma físico.

Conéctate mentalmente con la Conciencia Superior, o con la divinidad como tú la concibas y pide ser guiad@ desde allí. Ahora visualiza los dos círculos de la Figura del Ocho con la que ya trabajaste durante las dos semanas previas. Entra en uno de ellos e invita mentalmente a tu progenitor a entrar al otro. Infórmale a la imagen de tu progenitor (expareja, patrón kármico...) que el ritual que vas a realizar los va a liberar a ambos, para que cada cual pueda seguir con su propia vida como un individuo separado y que ya no serán arrastrados por los lazos que aún les atan. Ahora visualiza esos lazos que unen tu cuerpo y el de tu progenitor. Confía en la imagen que te venga a la mente en un primer momento (pueden ser lazos que vayan del ombligo de tu progenitor al tuyo, o de los genitales, por ejemplo; puede ser un solo lazo o varios; pueden ser delgados o gruesos, tener una textura, etc.) Todas las particularidades que puedan aparecer en tu imagen son simbólicas y reveladoras.

Ahora imagina con qué objeto podrás cortarlas o separarlas (tijeras, cuchillo, espada laser, fuego, ácido, rayos de luz, etc.) Realiza el primer corte en medio del lazo y a continuación procede a eliminar lo que resta del lazo cortando el extremo adherido a tu cuerpo y al de tu progenitor. Visualiza ahora que colocas tus manos sobre la herida dejada por el cordón y pide a la Conciencia Superior que te envíe luz para sellar y cicatrizar. Visualiza que la luz desciende directamente sobre la herida de tu progenitor sellándola y cicatrizándola también.
Ahora mira los restos de los lazos en el piso y elige un método para deshacerte de ellos (puedes quemarlos, enterrarlos, disolverlos con ácido, etc.) para evitar que vuelvan a recolocarse para continuar con el patrón anterior. Una vez que hayas quedado satisfech@ sabiendo que haz hecho todo lo posible para borrar cualquier rastro de las antiguas ligaduras, agradece a tu progenitor lo que hizo para pasarte la vida de forma que pudieras habitar un cuerpo físico en la tierra y poder aprender todo lo que necesitabas aprender en esta vida. Agradécele también el hecho de que acaban de separarse.

Ahora pide perdón a tu progenitor (expareja, patrón kármico...) y perdónale tú a él o a ella por cualquier dolor que se hayan inflingido, ya sea consciente o inconscientemente. Comienza tú pidiendo perdón por las cosas específicas que acudan a tu mente una por una, verbalízalas o menciónalas mentalmente. Luego sigue el mismo sistema para perdonar a tu progenitor (expareja, patrón kármico...)  lo que consideres necesario. (Si posteriormente te acuerdas de algo más, puedes pedir perdón o perdonar en ese momento) Aunque resulte muy duro, es esencial que este acto de perdón se lleve a cabo como parte del proceso para quedar separado e íntegro. La falta de perdón puede fabricar nuevos lazos negativos. Si sientes que no puedes perdonar algo, solicita a la Consciencia Superior o a la Fuerza Divina dentro de ti que envíe ese perdón a tu progenitor (expareja, patrón kármico...) a través de ti.

Cuando termines, solicita a tu progenitor (expareja, patrón kármico...)  que siga adelante con su propia vida, liberado de la permanente tracción emocional que había entre ambos. Esta petición no significa necesariamente que no habrá contacto posterior entre ellos; de hecho, la mayoría encuentra que, por el contrario, la relación pierde su carga emocional y se vuelve más satisfactoria. En caso de exparejas, éstas suelen dejar de agobiar, incordiar, llamarte, etc...

Visualiza un triángulo cuyo vértice superior es la Conciencia Superior y cuyos vértices inferiores son tú y tu progenitor. De esta forma, la Conciencia Superior es quien los conecta de una forma adecuada. Ahora visualiza una despedida adecuada, solicítale que te bendiga, recibe su bendición y después observa a tu progenitor saliendo de la escena.

Imagina que te desvistes y te bañas (en un lago, río, cascada o mar), eliminando los patrones, hábitos o actitudes negativas que hayas adoptado de tu progenitor y que habrás traído a la memoria mediante la lista de rasgos negativos que hiciste anteriormente. Una vez que sientas que estás limpi@, sal del agua y corre, salta o vuela para secarte expresando con júbilo tu nueva libertad. Ahora visualiza una túnica blanca que usarás como ropaje hasta que hayas establecido un conjunto de nuevos atributos propios. O si te sientes movido internamente, busca de una vez tus nuevas vestiduras.

Recoge tu vieja ropa, símbolo de tu niñez y tu dependencia y quémalas o destrúyelas de alguna otra forma.

Por último, da las gracias a la Conciencia Superior por haber dirigido la sesión y regresa a la consciencia de tu cuerpo moviéndolo poco a poco antes de abrir los ojos.

Recuerda que tu participación activa en la creación de estas imágenes es tu medio para llegar a tu subconsciente. Mientras más vívida sea la imagen y mayor la emoción involucrada, más profundamente se graba el nuevo mensaje en el subconsciente y por ende, con mayor celeridad se hará efectivo.

Durante los tres días posteriores es posible que experimentes emociones mezcladas, como dolor y tristeza mezclados con alivio, así es que no te inquietes ya que esta es una reacción muy común y pasará muy pronto. También es recomendable no hablar con nadie sobre esta meditación, ya que la energía emocional necesita ser contenida para darle la oportunidad de estabilizarse, solidificarse y hacerse realidad. Hablar muy pronto sobre la experiencia puede provocar que la energía se desvanezca, en especial si el interlocutor se muestra escéptico o expresa dudas al respecto.

Para concluir, escribe una carta o en una hoja de papel a tu progenitor (expareja, patrón kármico...) , expresando tu liberación, pero no la envíes. Guárdala sólo para ti. De esta forma la carta pasará inadvertida a la mente consciente de la persona a quien va dirigida, pero llegará a su subconsciente. Es mejor escribirla cuanto antes, después del corte, cuando la poderosa emoción despertada por el ritual aún esté presente. Cuanto mayor sea la emoción que se vierta en la carta, más profundo será el efecto que provoque, tanto en quien la escriba como en aquel a quien va dirigida, pues la energía que se requiere para llevar el mensaje al subconsciente es la emoción. Esta carta deberá incluir una repetición de lo que se haya declarado en el ritual, respecto a que cada persona ahora queda libre para vivir como individuo separado. No deberá contener nada negativo como críticas o reproches, concentrándose únicamente en la libertad que ambas personas comienzan a experimentar ahora.

Fuente:
Olga Menéndez: Rompiendo lazos
Phyllis Cristal: “Cortando lazos que atan”, Ed. Devas 2005, Argentina

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