El puerperio
es el período que va entre el nacimiento del bebé y los dos
primeros años, aunque emocionalmente haya una progresión entre el
caos de los primeros días y la capacidad de
salir al mundo con un bebé a cuestas. Para intentar sumergirnos en los
temas energéticos, emocionales y psicológicos del puerperio, es
necesario reconsiderar la duración
real de este tránsito. Los famosos 40 días estipulados tienen que ver con una histórica veda frenta al reclamo sexual del varón. Pero ese tiempo no
significa psicológicamente un comienzo ni un final de nada. Por la falta de un pensamiento genuino sobre el “sí mismo
femenino” en la situación de parto, lactancia, crianza y maternaje,
es necesario desarrollar una reflexión sobre el puerperio basándonos en situaciones que a
veces no son ni tan físicas, ni tan visibles, ni tan concretas, pero
no por eso son menos reales. Es lo invisible,
el submundo femenino, lo oculto, lo que está más allá de nuestro
control, más allá de la razón para la mente lógica. Intentaremos acercarnos a
la esencia del lugar donde no hay fronteras, donde comienza el terreno de lo
místico, del misterio, de la inspiración y la superación del ego. Para hablar
del puerperio, tendremos que inventar palabras, u otorgarles un significado
trascendental. Para quienes ya lo hemos transitado
hace tiempo, nos da pereza volver a recordar ese sitio tan desprestigiado, con
reminiscencias a tristeza, ahogo y desencanto.
Recordar el puerperio equivale frecuentemente a reordenar las imágenes
de un período confuso y sufriente, que engloba
las ilusiones, el parto tal como fue y no como una hubiera querido que
sea, dolores y soledades, angustias y desesperanzas, el fin de la inocencia y
el inicio de algo que duele traer otra vez a la conciencia. Para comenzar a armar el rompecabezas del puerperio, es indispensable tener
en cuenta que el punto de partida es “el parto”, es decir, la primer gran
“desestructuración emocional”.
Para que se produzca el parto necesitamos que el cuerpo físico de la madre se
abra para dejar pasar el cuerpo del bebé permitiendo un cierto “rompimiento” corporal, que también se realiza en un plano más sutil y energético, correspondiendo a nuestra estructura emocional. Hay un “algo” que se quiebra, o que
se “desestructura” para lograr el pasaje de “ser uno a ser dos”. Es una pena que la mayoría de los
partos los atravesemos con muy poca conciencia con respecto a este “rompimiento
físico y emocional”. Ya que el parto es sobre todo un corte, un quiebre, una
grieta, una apertura forzada, igual que la irrupción de un volcán que gime
desde las entrañas y que al despedir sus partes profundas destruye
necesariamente la aparente solidez, creando una estructura renovada. Después
de la “irrupción del volcán” (el parto) las mujeres nos encontramos con el
tesoro escondido (un hijo en brazos) y además con insólitas piedras que se
desprenden como bolas de fuego (nuestros “pedacitos emocionales”, o nuestras
partes desconocidas) rodando hacia el
infinito, ardiendo en fuego y temiendo destruir todo lo que rozamos. Los
“pedacitos emocionales” van quemando lo que encuentran a su paso. Miramos
azoradas sin poder creer la potencia de todo lo que vibra en nuestro interior.
Incendiando y cayendo al precipicio, suelen
manifestarse en el cuerpo del bebé (como una llanura de pasto húmedo
abierta y receptora). Son nuestras emociones ocultas que despliegan sus alas en
el cuerpo del bebé rozagante y disponible. Como un verdadero volcán, nuestro
fuego rueda por los valles receptores. Es la sombra, expulsada del cuerpo.
Atravesar un parto es prepararse
para la erupción del volcán interno, y esa experiencia es tan avasallante que
requiere de mucha preparación emocional, apoyo, acompañamiento, amor,
comprensión y coraje por parte de la mujer y de quienes pretenden asistirla. Sin
embargo pocas veces las mujeres encontramos el acompañamiento necesario para
introducirnos luego en esa herida sangrante, aprovechando este momento como
punto de partida para conocer nuestra renovada estructura emocional
(generalmente bastante maltrecha, por cierto) y decidir qué haremos con ella. El
hecho es que -con conciencia o sin ella, despiertas o dormidas, bien
acompañadas o solas, incineradas o a
salvo- el nacimiento se produce. Lamentablemente hoy en día
consideramos el parto y el post-parto como una situación puramente corporal y
del dominio médico. Nos sometemos a un trámite que con cierta manipulación,
anestesia para que la parturienta no sea un obstáculo, drogas que permiten decidir cuándo y cómo
programar la operación, y un equipo de profesionales que trabajen coordinados,
puedan sacar al bebé corporalmente sano y felicitarse por el triunfo de la
ciencia. Esta modalidad está tan arraigada en nuestra sociedad que las mujeres
ni siquiera nos cuestionamos si fuimos actrices de nuestro parto o meras
espectadoras. Si fue un acto íntimo, vivido desde la más profunda animalidad, o
si cumplimos con lo que se esperaba de nosotras. Si pudimos transpirar al calor
de nuestras llamas o si fuimos retiradas de la escena personal antes de tiempo. En
la medida que atravesemos situaciones esenciales de rompimiento espiritual sin
conciencia, anestesiadas, dormidas, infantilizadas y asustadas... quedaremos
sin herramientas emocionales para rearmar nuestros “pedacitos en llamas”,
permitiendo que el parto sea un verdadero pasaje del alma. Frecuentemente,
así iniciamos el puerperio: alejadas de nosotras mismas. Anteriormente describíamos la
metáfora del volcán en llamas, abriendo y resquebrajando su cuerpo, dejando al
descubierto la lava y las piedras. Análogamente, del vientre materno, surge el
bebé real, y también el interior desconocido de esa mamá, que aprovecha
el rompimiento para colarse por las grietas que quedaron abiertas. Esos
aspectos ocultos encuentran una oportunidad para salir del refugio. La sombra
( es decir, cualquier aspecto vital que cada mujer no reconoce como propio,
a causa del dolor, el desconocimiento o el temor) utiliza el quiebre para salir
de su escondite y presentarse triunfante en la superficie. El problema para la mamá reciente es
que se encuentra simultáneamente con el bebé real que llora, demanda,
mama, se queja y no duerme... y al mismo tiempo con su propia sombra
(desconocida por definición), inabarcable e indefinible. Pero concretamente ¿con qué aspectos de su sombra se encuentra?. Cada
ser humano tiene su personalísima historia y obstáculos a recorrer, por lo
tanto sólo un trabajo profundo de introspección, búsqueda personal, encuentro
con dolores antiguos y coraje, podrá guiarnos hacia el interior de esa mujer
que sufre a través del niño que llora. El puerperio es una apertura del alma. Un abismo. Una iniciación. Si estamos
dispuestas a sumergirnos en las aguas de nuestro yo desconocido.
Mostrando entradas con la etiqueta bebé. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bebé. Mostrar todas las entradas
Maternidad
¿Qué requiere todo bebé? Después de 9 meses de embarazo uterino, el bebé al salir pasa por 9 meses de embarazo extra-uterino. El bebé requiere lo mismo fuera, que lo que tuvo dentro. Contacto permanente, alimento permanente, movimiento permanente, amor permanente, confianza y seguridad permanente, ritmo cardíaco de la madre permanente, mirada, leche, ternura, cariño...Maternaje y Paternaje, más que a un Padre y a una Madre. A partir de ahí el bebé manifiesta de adulto su magnífica y exquisita capacidad de amar. Sin roles, sin arquetipos. Seguro de sí mismo. Pero los adultos no estamos en esa situación: normalmente hay una lucha entre las necesidades de los adultos y las necesidades de los niños. Se contraponen las situaciones de desamparo de los adultos, respecto a las necesidades de los niños y bebés. El amor, el dolor, el amparo, el desamparo, entre niños y adultos...desde niños crecemos con la supervivencia de esos patrones subconscientes que reproducimos hasta que morimos si no reparamos dónde activamos dicha conducta. Y es difícil conseguir Maternaje y Paternaje en los tiempos de hoy....porque todos tenemos problemas, todos buscamos ayuda en los demás... y no... a veces hay que alejarnos para poder hacer un Zoom, y mirar los desórdenes que padecemos de falta de sentido en la vida, no podemos mirar los últimos 5 minutos de la película, debemos seguramente mirar las dos horas de la película entera. De la misma manera, deberíamos enfocar nuestras vidas y quizá revisar qué ocurrió en nuestra infancia. Hacer Zoom, y luego volver a focalizarnos. Si mi marido me es infiel, la pregunta es ¿desde cuándo vienes abandonando a tu marido, para que él se vaya con otra?. Ves siempre al origen del problema, no te quedes con la consecuencia... ni con la enfermedad, ni con el resultado. Ves a la raíz de todo.
No es ni Patriarcado, ni Matriarcado. Apenas existe la Matrifocalidad: en nuestra civilización que debería estar basada en la Tierra, y la Tribu. No puede imperar un punto de vista dominante, poderoso sobre otro: ni del Adulto sobre el Niño, ni del Hombre sobre la Mujer, ni del Poderoso sobre el Desvalido, ni del Guerrero sobre el Dominado. Porque eso es parcial. Depredador. Cuando es todo lo contrario: todo viene de una Matriz. La misma Matriz Energética.
Ser Madre no es solamente parir, igual que ser padre no es sólo traer un sueldo físico a casa. Ser Madre y Ser Padre es mucho más. La Madre requiere afecto y un acompañamiento, una Gran Madre Sabia que la acompañe, sabiduría interna, trabajo personal y sobre todo no dejarse pisotear por ningún discurso depredador, ni ningún Macho Alfa dominante, cuando se presentan los más grandes miedos y oscuridades con la llegada de un bebé. Igual que Ser Padre, es tener una enorme capacidad de aportación afectiva y mirar introspectivamente qué se debe sanar a nivel interno. Es decir, la mujer tiene un ámbito externo en el cual es reconocida públicamente. Profesionalmente, como mujer, socialmente... sin embargo, cuando se inicia su camino con un embarazo, puede pasar perfectamente a ser Invisible y puedes sentirte muy sola. O a ratos, muy poco o nada acompañada. Parece que ciertas personas no ven a la mujer embarazada hasta que no está apunto de parir. Y la ven sólo como si fuera un puro recipiente del niño. Todo el mundo entonces le pregunta: ¿no has parido todavía?... Es más, en ese momento en el que estás en fechas probables de parto, a menudo es cuando suele llegarte todo un torrente de opiniones, que por cierto, nunca has pedido. Todo el mundo a tu alrededor suele dar 'su propia opinión' depredadora.
Ahí seguimos: Embarazo, Maternidad, Paternidad, invisibilidad de estos roles tan sentidos de corazón... aunque en general, el Padre si suele tener un reconocimiento familiar como sustento indudable, y una actividad profesional y éxito personal en ese sentido que en cambio nadie cuestiona. Igual que la mujer que trabaja fuera, cierto? La mujer es visible, el hombre es visible, pero puede ser que la Madre y el Padre sean Invisibles totalmente. Son tiempos difíciles en los que la Maternidad y la Paternidad han perdido su valor social, que no personal. Igual que el hombre necesita el apoyo de la mujer cuando regresa de trabajar, el Hombre y el Padre no deberían caer en el patrón de conducta automático pero erróneo de dejar a la madre en situación de aislamiento emocional, sino formar una verdadera Tribu familiar.
No es ni Patriarcado, ni Matriarcado. Apenas existe la Matrifocalidad: en nuestra civilización que debería estar basada en la Tierra, y la Tribu. No puede imperar un punto de vista dominante, poderoso sobre otro: ni del Adulto sobre el Niño, ni del Hombre sobre la Mujer, ni del Poderoso sobre el Desvalido, ni del Guerrero sobre el Dominado. Porque eso es parcial. Depredador. Cuando es todo lo contrario: todo viene de una Matriz. La misma Matriz Energética.
Ser Madre no es solamente parir, igual que ser padre no es sólo traer un sueldo físico a casa. Ser Madre y Ser Padre es mucho más. La Madre requiere afecto y un acompañamiento, una Gran Madre Sabia que la acompañe, sabiduría interna, trabajo personal y sobre todo no dejarse pisotear por ningún discurso depredador, ni ningún Macho Alfa dominante, cuando se presentan los más grandes miedos y oscuridades con la llegada de un bebé. Igual que Ser Padre, es tener una enorme capacidad de aportación afectiva y mirar introspectivamente qué se debe sanar a nivel interno. Es decir, la mujer tiene un ámbito externo en el cual es reconocida públicamente. Profesionalmente, como mujer, socialmente... sin embargo, cuando se inicia su camino con un embarazo, puede pasar perfectamente a ser Invisible y puedes sentirte muy sola. O a ratos, muy poco o nada acompañada. Parece que ciertas personas no ven a la mujer embarazada hasta que no está apunto de parir. Y la ven sólo como si fuera un puro recipiente del niño. Todo el mundo entonces le pregunta: ¿no has parido todavía?... Es más, en ese momento en el que estás en fechas probables de parto, a menudo es cuando suele llegarte todo un torrente de opiniones, que por cierto, nunca has pedido. Todo el mundo a tu alrededor suele dar 'su propia opinión' depredadora.
Ahí seguimos: Embarazo, Maternidad, Paternidad, invisibilidad de estos roles tan sentidos de corazón... aunque en general, el Padre si suele tener un reconocimiento familiar como sustento indudable, y una actividad profesional y éxito personal en ese sentido que en cambio nadie cuestiona. Igual que la mujer que trabaja fuera, cierto? La mujer es visible, el hombre es visible, pero puede ser que la Madre y el Padre sean Invisibles totalmente. Son tiempos difíciles en los que la Maternidad y la Paternidad han perdido su valor social, que no personal. Igual que el hombre necesita el apoyo de la mujer cuando regresa de trabajar, el Hombre y el Padre no deberían caer en el patrón de conducta automático pero erróneo de dejar a la madre en situación de aislamiento emocional, sino formar una verdadera Tribu familiar.
Traer un hijo al mundo no significa ser verdaderamente una madre o un padre. Maternidad hace referencia explícitamente al hecho biológico que tiene toda mujer de concebir a un hijo. Igual que la Paternidad. En cambio el maternaje y paternaje implican un plus a dicho hecho biológico: tiene que ver con el amor, los cuidados, que le brinda la madre y el padre a su bebé. Toda mujer posee un instinto maternal con mayor o menor potencial de desarrollo, y éste determina que a pesar de que se produzca la maternidad, no necesariamente se va a suscitar el proceso psicoafectivo denominado maternaje, entendido como aquellos cuidados tanto primarios como afectivos que una madre le prodiga a su bebé dentro de un clima de ternura. Con ellos se contruye el vínculo madre-bebé conocido como Díada, que es la matriz de las relaciones posteriores que este bebé desarrollará en su vida, y si esta nueva mamá, ha tenido un vínculo positivo con su madre, y abuela, lo más seguro es que asuma su experiencia de maternidad con optimismo, tranquilidad y alegría, hecho esencial para el futuro desarrollo físico y psíquico del bebé. Un buen lazo se generará siempre y cuando la madre tenga la actitud y predisposición para transmitir cariño y poder contener a su hijo. Es capital concienciar a las madres para que puedan conocer lo que les pasa, romper mitos acerca del embarazo y del parto, para llegar al mismo de la mejor manera posible, para poder ayudarlas a ordenar las emociones originadas en esta nueva y bella etapa que siempre es la maternidad.
Sin embargo, en estos momentos, muchas personas están enfermas, depresivas, mal... ¿Qué pasa si dejo de estar tan mal? ¿La gente dejará de hacerme caso? ¿La gente a mi alrededor dejará de quererme? Todos jugamos y representamos un personaje, un rol, en nuestra vida. Todos tenemos heridas, igual que todos somos mamíferos: todos tenemos una madre.
¿ Estamos dispuestos a conectar con nuestra Alma y mirarnos hacia dentro reconstruyendo nuestra propia biografía de vida? Seguramente eso implica ver muchas cosas que no nos gustan, pero es lo único que funciona. Por ejemplo, respecto a nuestros hijos, lo que mejor funciona, es que nosotros como Padres, hagamos una introspección. Nuestros bebés e hijos sencillamente están en simbiosis perfecta con nuestras emociones. En fusión emocional. Si nosotros no miramos hacia dentro y sentimos y aceptamos nuestras emociones y aquello que sentimos, nuestros niños llorarán, se enfermarán, no dormirán bien, y chillarán ellos por nosotros... Una madre en este sentido suele estar en relación de 'maternaje' o zambullida emocional permanente con el bebé. Se da una fusión emocional total de todos los terrenos, entre abuelos, padres, hijos, y nietos.
El núcleo para entender la conducta humana, es que tenemos que aprender a desarmar o desandar nuestra propia trama del discurso, normalmente suele ser el materno, en el entorno familiar. Alguien en la familia suele decir Patricia es terrible, Pablo es un llorón, Cristina es muy lista, Felipe es muy impulsivo, Santiago tiene muchas alergias... ese es nuestro principal refugio. No es que el discurso materno, paterno, etc no sea cierto, es que hay otros puntos de vista... no es el único. Y cada uno de ellos tiene razón. Se debe ver el entramado completo. Hoy Patricia, Pablo, Cristina y Felipe tienen 50 años, y no saben que se perdieron, se negaron, etc, por el camino....
Si miramos hacia atrás en el tiempo en nuestra infancia, siempre encontramos un 'Yo Engañado', muchos tenemos la historia de 'mamá', 'papá', el abuelo o la abuela. No tenemos una propia historia, no recordamos nada propio. Sin embargo, sí recordamos que por ejemplo, Mamá había abortado, Mamá estaba triste, Mamá, Mamá y Mamá, los abuelos habían sido malos con Mamá, no la habían ayudado, y los abuelos habían hecho tal o cual cosa etc... De ello resulta, que mi Yo Actual, es un personaje que yo adopté inconscientemente, normalmente nos lo pasó mamá, nos lo pasó papá, los abuelos contribuyeron lo suyo, y yo luego le dí lustre...Le sigo dando brillo a estos patrones a día de hoy? ¿´Qué bebé hemos sido? ¿Qué me decían que Yo Era de pequeño?
Dentro de ese 'Yo Engañado', ese discurso es nuestra sombra, nuestro subconsciente, y en él puede aparecer cualquier personaje (se recuerda la lente de quien nos miró... recordemos que cuando somos bebés, nadie lo mira desde nuestra propia lente, todo lo que somos, viene contruído con aquello que nos dicen los demás que somos):
-el Yo armado Víctima (le cuidan, no puede cuidar a los demás)
-el Yo Enfermo/a (pobrecito de mí, necesito que siempre me cuiden)
-el Yo Enfermo/a (pobrecito de mí, necesito que siempre me cuiden)
-el Yo Adicto,
-el Yo Rechazado que se convierte siempre en un Rechazador (adultos que rechazan a los niños, tenerlos aúpa, son adultos que seguro no han tenido ese amor físico, ni crianza con apego durante su infancia),
-el Yo Caperucita Roja (y nos encontraremos seguro casadas con un lobo, al cual acabaremos viendo sus dientes)
-el Yo Blanca Nieves (y tendré los siete enanitos)
-el Yo Caballero Valiente (tengo gente temerosa con muchos miedos a mi alrededor)
-el Yo Soy la única que me creo que sé hacer bien las cosas (porque ese es el entramado, así sólo encontraré inútiles a mi alrededor seguramente)
-el Yo Soy la única que me creo que sé hacer bien las cosas (porque ese es el entramado, así sólo encontraré inútiles a mi alrededor seguramente)
-el Yo Volada o Happy de la Vida (nunca me entero de nada, así no puedo ayudar a nadie, a ninguna de las personas que más quiero)
-el Yo Soy Buenísima
-el Yo Llorona
-el Yo Terrible
-el Yo Madura
-el Yo que no puedo nada
-el Yo... -perdonad pero es que- Soy Impulsivo (es lo que siempre me han dicho....)
-el Yo Asmático
-el Yo Alérgico
-el Yo Delicado
-el Yo Depresivo Crónico (qué consigue un depresivo crónico, tener a 7-8 familiares pendientes de él o ella)
-el Yo Senil o con Alzheimer (reclamo la atención y cuidados que antes no demandé que me faltaba, sustitutos..., decidí olvidar aquello que me duele porque no me interesa, y me niego a ver mi propia sombra)
-el Yo Agresivo con los demás (mamá o quien fuera no me dió el amor que pedí y he aprendido a reclamarlo de otra manera)
-el Yo me falta AMOR o sustancia materna o paterna que me calme, asi que me lleno con la comida
-el Yo Adictivo al Sexo (vitalidad mal encauzada)
-el Yo Fumador (si no fumo un cigarro, muero. eso es falta de maternaje en período de infancia).
-el Yo No Contacto Emocional (por eso o no me entero de nada, o no escucho, y hablo mucho, y pongo una barrera con las emociones del otro...)
-el Yo Soy Buenísima
-el Yo Llorona
-el Yo Terrible
-el Yo Madura
-el Yo que no puedo nada
-el Yo... -perdonad pero es que- Soy Impulsivo (es lo que siempre me han dicho....)
-el Yo Asmático
-el Yo Alérgico
-el Yo Delicado
-el Yo Depresivo Crónico (qué consigue un depresivo crónico, tener a 7-8 familiares pendientes de él o ella)
-el Yo Senil o con Alzheimer (reclamo la atención y cuidados que antes no demandé que me faltaba, sustitutos..., decidí olvidar aquello que me duele porque no me interesa, y me niego a ver mi propia sombra)
-el Yo Agresivo con los demás (mamá o quien fuera no me dió el amor que pedí y he aprendido a reclamarlo de otra manera)
-el Yo me falta AMOR o sustancia materna o paterna que me calme, asi que me lleno con la comida
-el Yo Adictivo al Sexo (vitalidad mal encauzada)
-el Yo Fumador (si no fumo un cigarro, muero. eso es falta de maternaje en período de infancia).
-el Yo No Contacto Emocional (por eso o no me entero de nada, o no escucho, y hablo mucho, y pongo una barrera con las emociones del otro...)
....
o el personaje que sea....
En ese rol en el que somos vistos, soy mirada y amada por quien me nombró. Y entre quien soy que se nombró y lo que verdaderamente Yo Soy, desde el Ser que Soy, hay un abismo. Todos esos personajes son muchísimas muertes espirituales. Si no tengo eso... : ME MUERO.
Si no nos gusta más ese rol, tengo que preguntarme qué es lo que yo genero para atraer esos registros. Y debemos quitarnos ese disfraz. Nosotros debemos cambiar.
Siempre hay algo externo que nos hace saltar.... y esos personajes logran salvarnos aunque sólo sea un ratito. Ahora sí tenemos la oportunidad para entender nuestro desamparo, dejando a nuestros niños en paz.
En ese rol en el que somos vistos, soy mirada y amada por quien me nombró. Y entre quien soy que se nombró y lo que verdaderamente Yo Soy, desde el Ser que Soy, hay un abismo. Todos esos personajes son muchísimas muertes espirituales. Si no tengo eso... : ME MUERO.
Si no nos gusta más ese rol, tengo que preguntarme qué es lo que yo genero para atraer esos registros. Y debemos quitarnos ese disfraz. Nosotros debemos cambiar.
Siempre hay algo externo que nos hace saltar.... y esos personajes logran salvarnos aunque sólo sea un ratito. Ahora sí tenemos la oportunidad para entender nuestro desamparo, dejando a nuestros niños en paz.
El bebé cuando nace tiene una serie de necesidades impostergables, que a veces chocan directamente con nuestra necesidad que para nosotros es la más importante. Incluso eso ya sucede durante el mismo embarazo: qué me pasa, soy tonta porque no puedo dormir... noches enteras sin dormir, cuando todo el mundo duerme a tu alrededor. Y a quién le importa? Invisible de nuevo.
Así nuestros bebés, lloran, enferman, se ponen tristes.... y sólo así captan nuestra atención. Si dejo de estar enfermo mamá me dejará de mirar, pero mama asi solo me mira, mientras estoy enfermo... Mamá y Papá solo ven mi enfermedad, mi nerviosismo, mis lloros, no me ven a mí... no ven mi patron de conducta.... que es la dinámica que si no cambio, adoptaré para el resto de toda mi vida.
Por supuesto, el Yo Depresivo, o Yo Enfermo no quiere dejar dicho rol, porque si lo dejasen, perderían el amor materno que nunca tuvieron. Tienen a toda una corte de personas alrededor que dan amor, el amor materno que faltó seguramente.
Fusión emocional Madre- Bebé
Así nuestros bebés, lloran, enferman, se ponen tristes.... y sólo así captan nuestra atención. Si dejo de estar enfermo mamá me dejará de mirar, pero mama asi solo me mira, mientras estoy enfermo... Mamá y Papá solo ven mi enfermedad, mi nerviosismo, mis lloros, no me ven a mí... no ven mi patron de conducta.... que es la dinámica que si no cambio, adoptaré para el resto de toda mi vida.
Por supuesto, el Yo Depresivo, o Yo Enfermo no quiere dejar dicho rol, porque si lo dejasen, perderían el amor materno que nunca tuvieron. Tienen a toda una corte de personas alrededor que dan amor, el amor materno que faltó seguramente.
El discurso del 'yo engañado'
Al construir nuestra biografía humana, aparece una dificultad común: hablamos desde nuestro lugar de identidad, que tiene elaborado un discurso engañado, liderado por nuestro “yo consciente” o personaje. Ese es un obstáculo, ya que el “personaje” es ciego, se da la razón a sí mismo. El “yo engañado” no toma en cuenta ninguna otra perspectiva, por eso, entre todos los “yoes”, es el que menos comprende cómo son las cosas objetivamente. El “yo engañado” tiene miedo de asomarse al otro lado, porque sabe que tendrá que quitarse las máscaras que lo mantienen calentito en su refugio de cristal. Básicamente, en el armado de una biografía humana –con el que pretendemos buscar material sombrío- aquello que decimos, es decir, lo que el “yo engañado” proclama, no interesa. Es información que el terapeuta estará obligado a descartar. De hecho, la función del terapeuta es mostrar los beneficios y también las desventajas de cada personaje, porque el costo es algo que sentimos pero que no podemos detectar con claridad. Otro objetivo interesante es que nos ayude a traer la voz del otro, sea quien sea ese otro: nuestro hijo, partenaire, vecino, compañero de trabajo o ex suegra; y agregar ese punto de vista. Una vez que todos tienen voz y voto en el armado de nuestro escenario y observando el panorama completo en el que estamos involucrados, preguntaremos: “¿Y ahora qué hago?”. La respuesta honesta de nuestro terapeuta será: “no lo sé”. Lo que sí puede hacer el terapeuta es ayudarnos a trazar algún camino que sea integrador de la sombra. Para eso, es preciso entender nuestro personaje (que en verdad es nuestro mejor refugio), comprender la necesidad de permanecer allí escondidos, los peligros que nos puede acarrear el salir de nuestra cueva, los desafíos que tenemos por delante y los puntos de vista de nuestros hijos, de nuestro cónyuge, de nuestros empleados o de nuestros enemigos (si los tenemos). Sólo entonces podremos decidir si moveremos alguna pieza o no, a favor de todos. Esa es una decisión personal y no le compete al terapeuta. En todo caso, si decidimos arriesgarnos y cambiar, el terapeuta podrá acompañar esos movimientos. ¿Es así de fácil? ¿Se construye la biografía humana y luego ya somos capaces de hacer movimientos que nos traigan mayor felicidad? No. Pero no podemos pretender encontrar soluciones a nuestros problemas sin saber primero, cuál es el personaje que actuamos inconscientemente, sin tener claro el discurso de nuestro “yo engañado”, sin comprender por boca de quién hablamos, ni el nivel de miedo frente al abismo de abandonar el refugio que nos da identidad. La metodología para la construcción de la biografía humana con la intención permanente de revisar los discursos engañados, requiere entrenamiento, arte, empatía y experiencia. Es un trabajo ingrato. Porque generalmente los terapeutas nos encontramos con realidades mucho más hostiles, violentas, inhumanas y feroces de lo que imaginaban los consultantes antes de iniciar este proceso. Estamos en condiciones de asegurar a quienes deseen emprender este camino, que buscar sombra siempre es doloroso. Pero permanecer ciegos duele mucho más. Y más sabiendo que estamos ciegos porque no queremos Ver ni mirar aquello que duele en nosotros mismos.
Al construir nuestra biografía humana, aparece una dificultad común: hablamos desde nuestro lugar de identidad, que tiene elaborado un discurso engañado, liderado por nuestro “yo consciente” o personaje. Ese es un obstáculo, ya que el “personaje” es ciego, se da la razón a sí mismo. El “yo engañado” no toma en cuenta ninguna otra perspectiva, por eso, entre todos los “yoes”, es el que menos comprende cómo son las cosas objetivamente. El “yo engañado” tiene miedo de asomarse al otro lado, porque sabe que tendrá que quitarse las máscaras que lo mantienen calentito en su refugio de cristal. Básicamente, en el armado de una biografía humana –con el que pretendemos buscar material sombrío- aquello que decimos, es decir, lo que el “yo engañado” proclama, no interesa. Es información que el terapeuta estará obligado a descartar. De hecho, la función del terapeuta es mostrar los beneficios y también las desventajas de cada personaje, porque el costo es algo que sentimos pero que no podemos detectar con claridad. Otro objetivo interesante es que nos ayude a traer la voz del otro, sea quien sea ese otro: nuestro hijo, partenaire, vecino, compañero de trabajo o ex suegra; y agregar ese punto de vista. Una vez que todos tienen voz y voto en el armado de nuestro escenario y observando el panorama completo en el que estamos involucrados, preguntaremos: “¿Y ahora qué hago?”. La respuesta honesta de nuestro terapeuta será: “no lo sé”. Lo que sí puede hacer el terapeuta es ayudarnos a trazar algún camino que sea integrador de la sombra. Para eso, es preciso entender nuestro personaje (que en verdad es nuestro mejor refugio), comprender la necesidad de permanecer allí escondidos, los peligros que nos puede acarrear el salir de nuestra cueva, los desafíos que tenemos por delante y los puntos de vista de nuestros hijos, de nuestro cónyuge, de nuestros empleados o de nuestros enemigos (si los tenemos). Sólo entonces podremos decidir si moveremos alguna pieza o no, a favor de todos. Esa es una decisión personal y no le compete al terapeuta. En todo caso, si decidimos arriesgarnos y cambiar, el terapeuta podrá acompañar esos movimientos. ¿Es así de fácil? ¿Se construye la biografía humana y luego ya somos capaces de hacer movimientos que nos traigan mayor felicidad? No. Pero no podemos pretender encontrar soluciones a nuestros problemas sin saber primero, cuál es el personaje que actuamos inconscientemente, sin tener claro el discurso de nuestro “yo engañado”, sin comprender por boca de quién hablamos, ni el nivel de miedo frente al abismo de abandonar el refugio que nos da identidad. La metodología para la construcción de la biografía humana con la intención permanente de revisar los discursos engañados, requiere entrenamiento, arte, empatía y experiencia. Es un trabajo ingrato. Porque generalmente los terapeutas nos encontramos con realidades mucho más hostiles, violentas, inhumanas y feroces de lo que imaginaban los consultantes antes de iniciar este proceso. Estamos en condiciones de asegurar a quienes deseen emprender este camino, que buscar sombra siempre es doloroso. Pero permanecer ciegos duele mucho más. Y más sabiendo que estamos ciegos porque no queremos Ver ni mirar aquello que duele en nosotros mismos.
Fusión emocional Madre- Bebé
La vivencia del bebé amparado: el bebé llega al mundo físico trayendo noticias del mundo sutil, pero
paradójicamente las puede transmitir sólo en la medida en que sus necesidades
inmediatas del mundo físico se cumplan con precisión. Es incapaz de sobrevivir en el mundo de la luz, sin ser asistido
integralmente respecto a toda necesidad física y emocional. Así que ese
cuerpecito, que ni siquiera puede sostener su cabeza, pero que como herramienta de
supervivencia cuenta con una enorme potencia para succionar el pecho materno,
hace exactamente eso: Succiona. Luego, se va acostumbrando a los apabullantes
ruidos y molestias de su enorme aparato digestivo que colman la mayoría de sus
sensaciones físicas. El bienestar o el malestar hacen toda la diferencia en este tiempo mágico de
todo ser humano. Éste es el momento en que se divide la
humanidad: entre quienes han recibido resguardo, contención y contacto
corporal..., y quienes no.
Los bebés, mientras permanecen en el útero materno, oyen los latidos del
corazón de su madre, su voz, las voces de otras personas, los ruidos del
entorno. Oyen los ruidos del cuerpo materno digiriendo la comida, riendo,
hablando, cantando, respirando, y se van adaptando, de un modo similar a como lo
han hecho nuestros antepasados durante millones de años. En el momento de nacer,
además del impactante pasaje hacia la respiración a través de los pulmones que
se llenan de aire, el bebé pasa también de un ambiente húmedo a uno seco,
experimenta un descenso de la temperatura en el entorno, y además los sonidos ya
no están amortiguados. Para colmo sufre un cambio radical en su postura: ya no
está cabeza abajo, sino que estará acostado o con la cabeza más alta que el
resto de su cuerpo. Pero en buenas condiciones, el bebé puede soportar e
integrar estas nuevas sensaciones con serenidad y placer. El bebé en este período es más sensible que conciente. En realidad, el bebé
es conciente de su estado de bienestar. Si el bebé encuentra refugio y el cuerpo
de su madre permanentemente disponible, el paso del tiempo no será una
desventaja, como no lo era en la época intrauterina, ya que simplemente se
siente bien. El bebé puede vivir en el “eterno ahora”, pegado al cuerpo de su
madre, en un estado de beatitud. El período inmediato después del nacimiento es la etapa que más impresiona en
la constitución del ser humano. Aquello con lo que se encuentra será lo que
luego sentirá que es la naturaleza de la vida. Al abandonar la más completa
hospitalidad que ofrece el útero materno, necesita llegar a un solo lugar: los
brazos de su madre. Durante millones de años los bebés recién nacidos han
mantenido un estrechísimo contacto corporal con sus madres. Y aunque en los
últimos siglos los bebés están siendo privados de esta invalorable experiencia,
cada nuevo bebé que nace espera encontrarse en ese mismo lugar. El bebé que se reconforta sencillamente en el cuerpo de su madre o de otro
ser humano que lo ampara, continúa en armonía y no pierde el contacto con su más
allá interior. Es verdad que no basta con acunarlo y sostenerlo físicamente. Sabemos que el
niño nace dentro de la fusión emocional con su madre trayendo toda la
información de su sombra. Es decir, de lo que la madre no conoce de sí misma. Y
lo va a manifestar a través de señales de bebé, generalmente poco comprensibles
para el lenguaje adulto. En realidad, las personas grandes no nos hemos dedicado
mucho a aprender este lenguaje, restándole importancia a uno de los idiomas más
hablados del planeta. Así que sin un buen diccionario a mano, estaremos perdidos
con un niño en casa. Cuando lo que el niño trae es manifestación indescifrable de la sombra de su
madre, es posible que el pecho no alcance, ni la paciencia ni la dedicación.
Pero no significa que no lo siga necesitando. Necesita algo más:
liberarse de la sombra de la madre. Lo que consuela dulcemente al niño son
las palabras llenas de sentido que la madre pronuncia explicando con claridad
qué es lo que ha comprendido de sí misma a partir de sus mensajes. Entonces el
confort es total, las palabras suenan finas y delicadas y se instala la
seguridad interior. El niño amparado y fusionado sabe que obtendrá lo que necesita. Esa es su
experiencia cotidiana, que se repite a cada instante y que conforma una rutina
sin sobresaltos. La seguridad interior se establece y posiblemente ya no se
mueva nunca más de las entrañas de ese ser. Sentirse seguro, amado, tenido en
cuenta, estable y con total confianza en sí mismo y en los demás...es obviamente
el tesoro más preciado para el despliegue de su vida futura.
Lamentablemente la mayoría de los bebés humanos –amados- no reciben
incondicionalmente lo que piden, porque siempre hay un adulto cerca para no
estar de acuerdo y para tener una opinión al respecto. Generalmente se trata de las mismas madres amorosas que entramos en
contradicción con nuestros propios pensamientos. El asunto es que no es un
período para pensar. Es un período para entrar en fusión emocional. No hay que
buscar razones, ni elegir concienzudamente la mejor opción. No hay reglas a
seguir ni consejos aplicables. En estos casos los niños quedan prisioneros de
lógicas incomprensibles, alejados de los brazos de sus madres y solos. No estamos dispuestos a hacerles caso a los bebés, que unánimemente explican
una y otra vez a través de sus interminables y prístinos llantos, dónde está su
lugar. El bebé que no está en contacto con el cuerpo de su madre, experimenta un
inhóspito universo vacío que lo va alejando de su anhelo de bienestar que traía
consigo desde el período en que vivía dentro del vientre amoroso de su madre. El
bebé recién nacido no está preparado para un salto a la nada: a una cuna sin
movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta violenta
separación de la díada causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y
establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. Cuando las expectativas
naturales que traía el pequeño son traicionadas, aparece el desencanto, junto al
miedo de ser nuevamente herido. Y después de muchas experiencias similares,
brota algo tan doloroso para el alma como es la resignación. Cuando ese ser tan pequeñito no se siente valioso ni bienvenido, se
convertirá necesariamente en un ser humano sin confianza, sin espontaneidad y
sin arraigo emocional. Todos los bebés son valiosos, pero sólo pueden saberlo
por el modo en que son tratados. En los países “desarrollados”, las madres
compramos libros sobre cómo dejarlos llorar hasta que se duerman y cómo
abandonarlos en el vacío emocional sin siquiera tocarlos. Las madres jóvenes
desconfiamos de nuestra capacidad innata de criar a nuestros hijos, y desoímos
los “motivos” que tienen los bebés para transmitir señales que son
inconfundiblemente claras. La idea básica alrededor de esta moda estima que satisfacer las necesidades
de un bebé los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una
y otra vez el resultado opuesto al esperado, es decir, bebés cada vez más
necesitados o “demandantes”. Cuando a la noche el niño está solo sin percibir ningún movimiento, el
“tiempo” aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a
diferencia de las vivencias pretéritas dentro del útero donde toda necesidad era
satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. Sólo le resta llorar hasta
dormirse. Y desplegar su ser envuelto en miedo, desconfianza, rabia, soledad y
dolor.
Cómo sanar la falta de fusión emocional
Estando dispuestos a ofrecer toda nuestra capacidad de estar a favor del
otro, porque nunca es demasiado tarde. Si un niño de tres años pide que su mamá
lo alce en brazos, es porque lo necesita. Si ya no es “adecuado” a su edad, no
importa, aparentemente lo sigue necesitando, tal vez no lo obtuvo
suficientemente cuando era aún más pequeño. A lo largo de toda la infancia, es
decir hasta los catorce o quince años, los niños son capaces de reclamar lo que
precisan. Generalmente requieren presencia, caricias, cercanía con el cuerpo de
sus padres, mirada, atención y dedicación. Eso es todo. Es muy simple. Si un niño de ocho años llora porque no quiere quedarse solo en la escuela,
es lo que le hace falta. Merece alguien de su confianza que lo acompañe. Tal vez
no estuvo suficientemente acompañado en el pasado. Nadie pide lo que no necesita. A medida que pasan los años, esas necesidades
no satisfechas siguen operando con la misma intensidad que en sus comienzos.
Pero los adultos estamos cada vez menos dispuestos a comprender los mensajes,
sobre todo repitiendo la frase “ya eres grande”. O la de peor categoría: “eso es
una regresión”. Sin embargo, cuando devenimos adultos, exploramos diversos caminos de
sanación, y en todos ellos, la consigna es “regresar”. Todas las terapias, y
sistemas de búsqueda personal están basados en la capacidad de regresar a los
lugares que quedaron vacíos de afecto y de cobijo. La experiencia de recordar
las vidas pasadas, el propio nacimiento en esta vida, las vivencias de la
primera infancia, más todas las técnicas de respiración y de meditación, las
técnicas corporales de todo tipo, la astrología, las técnicas de adivinación y
todas las estrategias intelectuales desde Freud hasta la fecha; suman casi todo
el abanico de modalidades al alcance de los adultos que desean comprenderse un
poco más. Utilizando cualquiera de ellas, necesitamos regresar. Porque regresar
es entrar una vez más en fusión emocional. La fusión emocional, cura. La fusión
emocional, sana.
Promoción: las Sesiones de EFT y PNL son una manera muy rápida y efectiva en que puedo ayudarte para eliminar y liberar para siempre de tu vida no sólo emociones negativas y limitantes que te tengan bloqueado, sino miedos, fobias, trauma y hasta enfermedades de cualquier tipo que puedas haber somatizado en tu cuerpo físico, desde alergias hasta cancer. Si te sientes en un caos interno, EFT puede darte otra visión y aportarte la claridad y la sanación que necesitas para el principio de ese cambio. Ahora todo se pone de tu parte para que puedas Vivir en la Alegría, la Paz y el Amor, experimentando cada instante desde tu Corazón. Te invito a la acción y a experimentar ya lo que tal vez llevas tiempo deseando. He sido testigo de cómo una sola sesión por Skype puede marcar una diferencia grande en la Vida de otra persona. Es lo más gratificante de mi labor.
Etiquetas:
Amor,
bebé,
EFT,
Embarazo,
enfermedad,
hipnosis,
introspección,
lloro,
Madre,
maternidad,
Matrix Energética,
Padres,
PNL,
sombra,
subconsciente,
terapia,
tribu,
visualizaciones,
yo engañado
Yoga para la Mujer embarazada: Breath...
El embarazo siempre ha sido algo fascinante para mi. Empecé a conectar especialmente con él, impartiendo yoga y meditación para premamás. Ahora tengo el placer de poder escribir estas líneas, porque estoy viviéndolo en primera persona. Como profesora de yoga y meditacion he estado con muchas mamis embarazadas, y siempre las miraba pensando... qué bellisimo milagro es la Energía de la Diosa Creadora y Dadora de Vida... Es decir, confirmo que una mujer embarazada es un templo sagrado andante en pleno movimiento. Este embarazo es un embarazo muy deseado y muy muy disfrutado. Puro Amor Incondicional! Toda una fiesta! Mi cuerpo desde el primer mes del embarazo, incluso un poquito antes, ya noté, por conexión con el Alma, que estaba cambiando, y Mucho!!!! Estos meses me han servido para conectarme muchísimo más conmigo misma y con el bebé. Tu cuerpo se convierte en una revolución, un cambio tras otro, que si náuseas, bómitos, cambios y más cambios. Que si mucha hambre, que si bajones físicos, que si la circulación en las manos y extremidades, parece que te flaquea... y te levantas por la mañana, y tu cuerpo hasta que no se engrana... te das cuenta que debes seguir otro ritmo, y entiendes toda la serie de mimitos y cuidados, que aquellos que te aman te profesan continuamente. No estás enferma, pero requieres unos cuidados y mimitos especiales. Y sobre todo, debes aprender a escuchar a tu cuerpo, y a tus emociones, totalmente.
Ahora me doy grandes cantidades de comida sana, bebo mucha agua, y mi cuerpo me responde con Amor a todas estas atenciones.
Para mi antes de la concepción, durante, y con posterioridad en el embarazo, el yoga y sobre todo la meditación, han sido la clave de vuelta de todo. La respiración, la conexión con conciencia de tu cuerpo respecto a la energía universal, la Divinidad, es capital. La base de todo. Tanto que he estudiado estas técnicas durante años, hasta certificarme en todas ellas. Observa en estas líneas que siguen a varias Mamis Conscientes, como Christy Turlington, Verónica Blume, también profesora de yoga, que nos relata que el yoga es el ejercicio que por excelencia la hace sentir centrada, mental, espiritualmente, física y emocionalmente. Ejercicio básico de respiración. Puedes tumbarte, o estar sentada con la espalda recta y las piernas en posición cómoda.
Conectar,
Observar, cómo tu vientre se llena y vacía de aire...
Respirar, inhala y exhala lento y profundo...
Reconocer, tu conexión con el bebé que llevas dentro...Paz, Calma... Sabiduría interior...
Poner Intención en todo ello, en tu cuerpo, mente y espíritu.
Vamos a centrarnos en el siguiente ejercicio de Respiración:
Respiramos constantemente, y mientras haya respiración, hay vida.
Pero somos conscientes de cómo respiramos? La mayoría de nosotros, no, y paseamos por la vida respirando de forma superficial, usando solamente la parte superior de nuestros pulmones, a un ritmo rápido, sin llegar a vaciar nunca, sin llegar a soltar todo el aire a no ser que el cuerpo nos pida hacerlo y soltemos algún suspiro de emergencia.
En yoga, al aire lo llamamos PRANA. Prana es aire, pero también es VIDA, movimiento, energía. Cuando practicamos pranayama (técnicas de respiración), no pretendemos nada más que escuchar ese ritmo interno, acompañarlo con la consciencia para aprender.
A veces la gente se asusta con éstos temas. Así que desmitifiquemos, por favor.
Estamos hablando de respirar… lo único que hacemos 24 horas al día, 7 días a la semana. Pero la intención, o la presencia con la que lo hacemos, es capaz de cambiar nuestro estado interno y, a partir de ahí, todo lo que nos rodea.
Cómo te sientes cuando estás sentada con el cuerpo encogido, haciendo respiraciones cortitas y superficiales? Pruébalo… después de un ratito, puedes sentir la sensación de agobio y como de falta de foco?
Ahora mi propuesta de la semana: DETENTE. RESPIRA. Y OBSERVA. Nada más:
1. RESPIRACION ABDOMINAL.
Siéntate cómoda. Si puedes cruzar las piernas y estar cómoda, estupendo, pero también lo puedes hacer sentada en una silla, o en el autobús… Coloca las dos manos en el bajo vientre. Con cada inhalación, intenta relajar el vientre, como si pudieras llenarte las manos de prana. Simplemente acompaña el aire que entra por la nariz y llévalo hacia el vientre, después expande las costillas y por último la clavícula. Al vaciar, también por la nariz,empezamos al revés, recogiendo clavícula, costillas, y por último, el ombligo, con un suave movimiento del vientre hacia la columna.
Inhala llenándote de vida , exhala soltando lo que no necesitas. Inhala llenándote, exhala soltando lo que no necesitas. Juega. Visualiza. Inhala luz, exhala oscuridad. Inhala amor, exhala miedo… encuentra tu propia fórmula... Si te suena complicado, es porque estamos acostumbrados a respirar al revés. Pero observa un bebé cuando duerme. Ellos son los auténticos maestros: al inhalar, inflan la barriguita, y al exhalar, la recogen.
Si tienes un bebé en tu vientre, aprovecha para conectar con él. No hace falta nada más. y te darás cuenta rápido de que es hermoso. Puedes hablar con él, o transmitirle todo tu amor… todo eso ocurre automáticamente cuando nos detenemos a respirar con consciencia y con cariño.
Y si no hay bebé, también te recomiendo éste ejercicio, ya que por debajo del ombligo guardamos un caldero de emociones y de instintos que te pueden sorprender si simplemente te sientas a observar.
No intentes obtener ningun resultado con éste ejercicio. dejate fluir...
2. RESPIRACION ALTERNA
sentada, espalda recta , mano izquierda sobre la rodilla, y la mano derecha tal y como muestra la foto. Vamos a tapar un lado de la nariz y observar qué efecto tiene. Normalmente, respirar por el lado derecho nos refresca, nos activa, puede ayudarnos cuando estamos estancados porque nos lleva a la acción. Por el lado izquierdo, nos relajamos, es una respiración que nos invita a mirar hacia adentro y nos da calma. Prueba unos minutos de cada lado. Cierra los ojos y abre una mirada cariñosa hacia adentro. Si te vienen pensamientos del tipo ( “ y ésta noche qué hago para cenar?”) no te preocupes, obsérvalos también… pero déjalos pasar.. sin irte con ellos. Vuelve siempre a escuchar la respiración. Y cómo cada ciclo inhalación- exhalación es distinta a la anterior. Con la práctica, puedes convertir la respiración en tu maestro personal.
Si quieres probar algo más, nada como la respiración alterna: trabajando con tus deditos, inhala por la izquierda, exhala por la derecha. Inhala derecha, exhala izquierda. Inhala izquierda, exhala por la derecha, etc. Osea: cambia de lado cada vez que vayas a exhalar. Practica durante unos 2 o 3 minutos si ésto es nuevo para tí.
Probad a hacer el Saludo al Sol A...
Posturas
Tadasana (montaña)
Extended Mountain
Forward Fold / Uttanasana
Half-forward Fold
Plank / Phalankasana
Four-limbed Staff / Chaturanga Dandasana
Upward-facing Dog / Urdhva Mukha Svanasana
Downward-facing Dog / Adho Mukha Svanasana
Powerful Pose (AKA Chair Pose) / Utkatasana
Warrior 1 / Virabhadrasana 1
RESPIRAD guapísimas!
Con gran gran cariño
Núria
Ejemplo de Mamis Conscientes, y modelos guapísimas, bien despiertas...
Christy Turlington: Divina...
Ahora me doy grandes cantidades de comida sana, bebo mucha agua, y mi cuerpo me responde con Amor a todas estas atenciones.
Para mi antes de la concepción, durante, y con posterioridad en el embarazo, el yoga y sobre todo la meditación, han sido la clave de vuelta de todo. La respiración, la conexión con conciencia de tu cuerpo respecto a la energía universal, la Divinidad, es capital. La base de todo. Tanto que he estudiado estas técnicas durante años, hasta certificarme en todas ellas. Observa en estas líneas que siguen a varias Mamis Conscientes, como Christy Turlington, Verónica Blume, también profesora de yoga, que nos relata que el yoga es el ejercicio que por excelencia la hace sentir centrada, mental, espiritualmente, física y emocionalmente. Ejercicio básico de respiración. Puedes tumbarte, o estar sentada con la espalda recta y las piernas en posición cómoda.
Conectar,
Observar, cómo tu vientre se llena y vacía de aire...
Respirar, inhala y exhala lento y profundo...
Reconocer, tu conexión con el bebé que llevas dentro...Paz, Calma... Sabiduría interior...
Poner Intención en todo ello, en tu cuerpo, mente y espíritu.
Vamos a centrarnos en el siguiente ejercicio de Respiración:
Respiramos constantemente, y mientras haya respiración, hay vida.
Pero somos conscientes de cómo respiramos? La mayoría de nosotros, no, y paseamos por la vida respirando de forma superficial, usando solamente la parte superior de nuestros pulmones, a un ritmo rápido, sin llegar a vaciar nunca, sin llegar a soltar todo el aire a no ser que el cuerpo nos pida hacerlo y soltemos algún suspiro de emergencia.
En yoga, al aire lo llamamos PRANA. Prana es aire, pero también es VIDA, movimiento, energía. Cuando practicamos pranayama (técnicas de respiración), no pretendemos nada más que escuchar ese ritmo interno, acompañarlo con la consciencia para aprender.
A veces la gente se asusta con éstos temas. Así que desmitifiquemos, por favor.
Estamos hablando de respirar… lo único que hacemos 24 horas al día, 7 días a la semana. Pero la intención, o la presencia con la que lo hacemos, es capaz de cambiar nuestro estado interno y, a partir de ahí, todo lo que nos rodea.
Cómo te sientes cuando estás sentada con el cuerpo encogido, haciendo respiraciones cortitas y superficiales? Pruébalo… después de un ratito, puedes sentir la sensación de agobio y como de falta de foco?
Ahora mi propuesta de la semana: DETENTE. RESPIRA. Y OBSERVA. Nada más:
Siéntate cómoda. Si puedes cruzar las piernas y estar cómoda, estupendo, pero también lo puedes hacer sentada en una silla, o en el autobús… Coloca las dos manos en el bajo vientre. Con cada inhalación, intenta relajar el vientre, como si pudieras llenarte las manos de prana. Simplemente acompaña el aire que entra por la nariz y llévalo hacia el vientre, después expande las costillas y por último la clavícula. Al vaciar, también por la nariz,empezamos al revés, recogiendo clavícula, costillas, y por último, el ombligo, con un suave movimiento del vientre hacia la columna.
Inhala llenándote de vida , exhala soltando lo que no necesitas. Inhala llenándote, exhala soltando lo que no necesitas. Juega. Visualiza. Inhala luz, exhala oscuridad. Inhala amor, exhala miedo… encuentra tu propia fórmula... Si te suena complicado, es porque estamos acostumbrados a respirar al revés. Pero observa un bebé cuando duerme. Ellos son los auténticos maestros: al inhalar, inflan la barriguita, y al exhalar, la recogen.
Si tienes un bebé en tu vientre, aprovecha para conectar con él. No hace falta nada más. y te darás cuenta rápido de que es hermoso. Puedes hablar con él, o transmitirle todo tu amor… todo eso ocurre automáticamente cuando nos detenemos a respirar con consciencia y con cariño.
Y si no hay bebé, también te recomiendo éste ejercicio, ya que por debajo del ombligo guardamos un caldero de emociones y de instintos que te pueden sorprender si simplemente te sientas a observar.
No intentes obtener ningun resultado con éste ejercicio. dejate fluir...
sentada, espalda recta , mano izquierda sobre la rodilla, y la mano derecha tal y como muestra la foto. Vamos a tapar un lado de la nariz y observar qué efecto tiene. Normalmente, respirar por el lado derecho nos refresca, nos activa, puede ayudarnos cuando estamos estancados porque nos lleva a la acción. Por el lado izquierdo, nos relajamos, es una respiración que nos invita a mirar hacia adentro y nos da calma. Prueba unos minutos de cada lado. Cierra los ojos y abre una mirada cariñosa hacia adentro. Si te vienen pensamientos del tipo ( “ y ésta noche qué hago para cenar?”) no te preocupes, obsérvalos también… pero déjalos pasar.. sin irte con ellos. Vuelve siempre a escuchar la respiración. Y cómo cada ciclo inhalación- exhalación es distinta a la anterior. Con la práctica, puedes convertir la respiración en tu maestro personal.
Si quieres probar algo más, nada como la respiración alterna: trabajando con tus deditos, inhala por la izquierda, exhala por la derecha. Inhala derecha, exhala izquierda. Inhala izquierda, exhala por la derecha, etc. Osea: cambia de lado cada vez que vayas a exhalar. Practica durante unos 2 o 3 minutos si ésto es nuevo para tí.
Manos en el bajo vientre. Siente cómo se mueven con tu respiración, afloja la cara... sonríe!
Espero que os guste, y os invito de todo corazón a probarlo, tanto si estás embarazada como si no, porque RESPIRAR CONCIENTEMENTE nos hace estar presentes y a conocer un lugar de calma en nosotros que nos puede ayudar, y mucho, tanto a disfrutar más de lo bueno como para llevar mejor aquellos momentos en los que la vida nos pone a prueba.Probad a hacer el Saludo al Sol A...
Posturas
Otro ejercicio maravilloso es mecer al bebé. Carmela Escriche nos muestra en este video cómo a través de un sencillo movimiento que relaja la zona lumbar y todo el cuerpo, podeis mecer a vuestro bebé y que él sienta la calidez y vuestro amor. Poner esa intención al hacer el ejercicio.
RESPIRAD guapísimas!
Con gran gran cariño
Núria
Ejemplo de Mamis Conscientes, y modelos guapísimas, bien despiertas...
Christy Turlington: Divina...
Verónica Blume en un reportaje a los 8 meses del embarazo, espléndida... Otra divinidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)












